El primer mes post parto viví solo con mi hija, había comenzado la pandemia y eso acentúo mi soledad. Mi hija lo tenía todo junto a mí, pero yo inexperta en la maternidad pensé que no lo estaba haciendo bien. Busqué ayuda y encontré a Vero, ella guió mis pasos y finalmente logramos la lactancia. Vero, además de asesorarme en lactancia, me brindó un espacio para desarrollarme como mamá, donde pude desahogarme en momentos confusos y donde pude pedir ayuda cuando lo necesité. Este espacio me mostró que la maternidad no necesariamente se vive en soledad, que somos muchas las que estamos pasando por lo mismo y que podemos apoyarnos entre nosotras. Yo tuve la suerte de encontrarme con Vero, una mujer llena de empatía y ganas de ayudar, me mostró que no estaba sola e iluminó mi camino en los días más difíciles del post parto.